Google Website Translator Gadget

viernes, 25 de mayo de 2012

Experimenta el SLOW TRAVEL en Zanzibar




Zanzibar donde la tierra se une con el mar, Los ocres y verdes de la sabana Tanzana se transforman en blancos y turquesas. Incluso sus habitantes parecen salidos de otros mundos, de otra forma de vida.

Hoy cada vez más nos rendimos al encanto de Zanzibar, de sus playas, sus arrecifes de coral, de su espléndido pasado… El archipiélago tanzano de Zanzíbar, formado por las islas de Unguja y Pemba, es el mayor productor del mundo de clavo y se ha convertido, por su singularidad y belleza, en uno de los destinos más atractivos de la costa Este africana.

Exploradores, piratas, sultanes, princesas y comerciantes de especias o de esclavos forman parte de la historia que ha forjado durante siglos la esencia de Zanzíbar. Zanzíbar ofrece algo más que idílicas playas. También exhibe un pasado histórico de esplendor comercial que la puebla de restos heterogéneos y una riqueza natural que se traduce en la abundancia de especias y extensas áreas verdes. Richard Burton, el explorador británico, lo apreció en su primera visita a la isla, en 1856: "Tierra, mar y cielo parecen envueltos en un suave y sensual reposo. El mar, de puro zafiro, se deja acariciar bajo un sol resplandeciente".

Los angostos callejones de Stone Town y, sobre todo, su omnipresente caos –urbanístico, circulatorio, vital– poco tienen que ver con la parte no poblada de un archipiélago donde es leyenda que se acuñó el "hakuna matata" swahili (traducible como "ningún problema"). Esta Ciudad de Piedra, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2000, es la parte antigua de Zanzíbar, la capital isleña. Fue construida fundamentalmente en el siglo XIX a base de casas tradicionales (de estilos árabe e hindú) y palacios de piedra coralina con puertas talladas y lánguidos balcones de aire colonial. Ésa es la huella de los ingleses y sus visires en unas islas que conocieron una historia digna del Mediterráneo, en la que pasaron por las manos del imperio persa, los musulmanes o los portugueses. 

Pemba y Unguja (más conocida en Europa como Zanzíbar) son las dos islas principales que se rodean de pequeñas ínsulas que contienen buena parte del secreto de la exclusividad del archipiélago. Abrazadas por el atolón coralino de Mnemba, ofrecen al buceador hasta 60 metros verticales de claridad y una variada población marina, con barracudas, peces rey, atunes, mantas, budiones o tiburones.


Desde un paseo en Dhow al atardecer (típico barco a vela africano) hasta una visita al vivo mercado de Stone Town con sus mil colores y olores dulces a especias, Zanzibar es más que la Isla de las especias, el paraíso de los sentidos.